CONTEXTO HISTÓRICO
El arte otoniano es un estilo dentro del arte perrománico. A este florecimiento de las artes se le ha llamado también "Renacimiento otoniano", en el mismo sentido en que se habla de "renacimiento carolingio" para hablar del florecimiento posterior a la coronación de
Carlomagno en el año 800. Se desarrolla, principalmente en
Alemania, desde mediados del
siglo X hasta mediados del
siglo XI, durante la dinastía sajona del
Sacro Imperio Romano Germánico.
El arte otoniano funde tres tradiciones: las de la
antigüedad tardía especialmente en el arte del norte de Italia, el período
carolingio, y
bizancio.
PINTURA
Un pequeño grupo de monasterios otonianos recibieron el apoyo directo del emperador y los obispos y produjeron algunos de los más notables manuscritos iluminados medievales, la principal forma artística de la época.
La pintura otoniana se considera como un renacimiento, durante el
siglo X, de la
pintura carolingia, de la que toma su expresividad, fundiéndolo con la iconografía romana y bizantina, que aporta su típica solemnidad. Abundan entre sus
miniaturas los paisajes, los motivos arquitectónicos y los retratos de emperadores. Otón quedó escandalizado por el estado de la liturgia en Roma, así que encargó el primer Libro Pontifical, un libro litúrgico que contenía tanto oraciones como instrucciones sobre el rito.Después del año 1000 realizó manuscritos el scriptorium de
Hildesheim.
En
Tréveris trabajó el llamado Maestro del Registrum Gregorii (Musée Condé, Chantilly), o Maestro de Gregorio, en los
años 970 y
980. Es responsable de algunas de las miniaturas del influyente Códice de Egberto (Codex Egberti) (Bibl. de Tréveris).
No obstante, la mayor parte de las 51 imágenes de este Códice de Egberto, un evangeliario hecho para el arzobispo Egberto de Tréveris en la década de los años
ochenta del
siglo X, se hicieron por dos monjes del más destacado scriptorium de la época: el de la isla de Reichenau, sobre el
lago Constanza. El Codex Egberti es representa en sus imágenes el primer ciclo extenso de imágenes que narran los eventos de la vida de Jesucristo en Europa occidental, en una fusión de estilos que incluyen las tradiciones carolingias así como rasgos de influencias insulares y bizantinas. Ninguna otra obra caracteriza la imagen del arte otoniano mejor que las miniaturas que se originaron allí. Estos manuscritos producidos en el monasterio de Reichenau,
lago Constanza forman parte, desde 2003, del
Programa Memoria del Mundo. El scriptorium de Reichenau se especializó en ilustraciones del
Evangelio en libros litúrgicos, muchos de los cuales eran encargos imperiales, como los Evangeliarios de Otón III (entre 997 y 1002, conservados en
Aquisgrán y
Múnich) y el Leccionario de Enrique II (principios del
siglo XI, Biblioteca estatal de Baviera, Múnich, cód. 4452).
ARQUITECTURA
La arquitectura de la época otoniana abarca desde mediados del siglo X hasta mediados del siglo XI. Viene precedida por la arquitectura
carolingia y seguida por el
románico, por lo que presenta cierta continuidad con el arte carolingio y anticipa soluciones posteriores.Se inspira en la arquitectura
carolingia y
bizantina. Entre las obras que repiten el modelo de la Capilla Palatina octogonal en
Aquisgrán se encuentran Ottmarsheim (siglo XI,
Alsacia) y el coro de la abadía de la Trinidad en
Essen.La arquitectura religiosa tiende a apartarse de un plan centralizado. Se conserva la inspiración de la
basílica romana. La arquitectura otoniana mantiene el doble rasgo carolingio terminado con ábsides a ambos lados del final de la iglesia. Entre las innovaciones de esta arquitectura se encuentra la elaboración y uso más amplio de galerías o tribunas, así como la alternancia en los soportes (pilares y columnas) según dos modelos: en el
renano se alternan
pilares y
columnas, y en el
sajón aparecen dos columnas entre los pilares.El primer ejemplo de la arquitectura otoniana es la iglesia abacial de San Ciriaco de Genrode (959-63), aparentemente la primera en Europa que tuvo una tribuna sobre las naves laterales. Es una de las pocas construcciones que se conservan de la arquitectura a principios de la era otoniana.Otras construcciones otonianas son las iglesias de Sta. Gertrude en Nivelles (1046,
Bélgica), la gran abadía de San Jorge de Oberzell, en Reichenau, San Miguel de
Hildesheim (1010-33)
ESCULTURA
No se produce
escultura monumental, sino pequeñas esculturas en
marfil y metal, principalmente
bronce, embellecidas con
gemas,
esmaltes,
cristales, y
camafeos. En estas obras se funden las técnicas e iconografia bizantinas con el expresionismo típico del mundo germánico.
Las labores en bronce presentan un gran bizantinismo, especialmente después del matrimonio de Otón II con Teófano (972). Así, el taller de Hildesheim se relaciona con el arte bizantino del sur de Italia. Destacan las puertas en bronce de San Miguel de Hildesheim, con escenas del
Génesis y
evangélicas; unos candelabros de plata con figuras y una magnífica columna en bronce con relieves dispuestos en espiral. La técnica de fundición germánica se extenderá hacia
Rusia y el norte de
Italia.
Los marfiles siguen los modelos
carolingios. Destacan las escuelas de
Tréveris y de
Fulda. Este arte está muy relacionado con la encuadernación de libros, pues formaban la decoración principal de las tapas. En el Museo Cluny (Parìs) se conserva una placa de marfil que representa al emperador Otón II y su esposa, vestidos con traje de corte bizantino. Los marfiles otonianos influirán en el arte español del
siglo XI.
Hay algunas imágenes en madera, con receptáculo para reliquias, como la Virgen de Essen recubierta de oro, y el crucifijo de Gero. La estatua del relicario de la Virgen y el Niño es una obra maestra del taller de Tréveris, aunque actualmente se conserva en la catedral de Essen. Es un
relicario de tres cuartos de tamaño de madera, cubierta por una lámina de oro, con ojos esmaltados y gemas engastadas en el halo del Niño. Por su parte, el crucifijo que está en la cámara del tesoro de la catedral de Colonia se cree que fue encargo del arzobispo Gero de Colonia (obispo en 976), que posiblemente sea la creación escultural más influyente de este período, con una fuerza que anticipa las vigorosas esculturas románicas.
La orfebrería sigue los modelos carolingios, si bien con mayor importancia de los esmaltes.
Destacan dos talleres: el de Tréveris, patrocinado por el obispo Egberto y el de Essen, creado por Matilde, nieta de Otón I, que fue allí abadesa desde el año 973 hasta 1001. Entre las piezas que se conservan de este período, cabe citar:
El altar de oro de
Basilea, actualmente en el Museo de Cluny (París), de principios del siglo XI, donación del emperador Enrique II; hecho en madera de roble con oro.